16 Muchachitos a correr...
Es vergonzoso saber que el gobierno federal haya permitido a un grupo de revoltosos como son los integrantes de la Asamblea de los Pueblos de Oaxaca hayan mantenido secuestrado el Centro Histórico de tan bella ciudad.
No es posible que un movimiento originalmente iniciado con demandas magisteriales se haya convertido en una cueva de insurrectos y oportunistas, de mediocres jodidos y pendejos, de mugrosos contra la intolerancia, pero intolerantes en esencia.
¿Acaso no les da vergüenza saber que reprobaron la mayoría de ellos cuando un reportero del diario La Crónica de Hoy les aplicó un examen y no supieron ni cuál era la capital de Suiza?
Pero qué tal usaron de escudo a las mujeres cuando llegaron las bestias (otros traumados y acomplejados) de la Policía Federal Preventiva cubiertos con caretas, escudos y un pinche garrote para calmar a los insurrectos.
Entonces sí, todos esos "valientes" parecía terminaban de jugar Burro 16 y todos dijeron "16 muchachitos a correr". Sólo hay que ver las imágenes para cagarse de la de ver a esos sujetos temerosos y algunos a punto del llanto.
Recuerdo aquel 6 de febrero de 2000, cuando las mismas bestias ingresaron a Ciudad Universitaria para acabar con una estúpida huelga, organizada y liderada por estúpidos personajes (cómo olvidar al Mosh y la mugre que le negaba tener ideas, seguido por otro grupúscolo de pseudo-izquierdistas), todos se volvieron un puñado de deshuevados.
A pesar de que ha existido una larga tradición de gente que ha luchado por la igualdad social, el respeto a las leyes y toda esa injusticia, los mexicanos no se caracterizan por ser una raza resistente. Por ejemplo, ahí está el caso de Cuauhtémoc Cárdenas que con todo y el apoyo del pueblo, prefirio una oficina a la resistencia.
Y qué decir de Andrés Manuel López Obrador y quienes lo apoyamos, pero nunca estuvimos de acuerdo en las movilizaciones estúpidas de una señora que pensamos inteligente (Doña Elena Poniatowska), bloqueando el pago en los súpermercados.
O qué ocurrió con el Rafael Sebastián Guillén Vicente (alias subcomandante Marcos) y su grupito de indígenas alquilados.
En fin, allá y los pobres e ignorantes que no quieren ver más allá que Televisa, porque siendo sincero es tanta su ignorancia que prefieren juntar a lo largo de toda su vida con tal de que su hija tenga "sus felices 15", aunque vivan toda la vida en un finca de adobe.
Por último, sólo deseo que vean cómo un APPO intentaba quitarle su "chulo bonete" al burro que se lo hizo perdedizo.