Monday, November 20, 2006

Está bien. Faltó ser más explicito en la anterior colaboración. Pero intentaré ir por partes.

Lo que aplaudo de la Ley de Sociedades de Convivencia, es que dos personas puedan asegurar al menos la herencia material, porque la seguridad social es otro asunto muy distinto, igual que la adopción.

Primero, debemos ubicarnos en una sociedad tranza, pendiente siempre de sacar ventaja, amoral, ventajosa e ignorante. En el supuesto de que cualquier persona pudiera asegurar una pensión a otra, el abuso sería excesivo. Las aportaciones serían insuficientes y los hospitales y clínicas (de por sí de pésima calidad) estarían peor.

En segundo lugar, la adopción es un asunto muy delicado, sobre todo si sabemos que en el México actual, lleno de jotos insalubres y promiscuos, la relación de pareja aún no se ha consolidado. No existe aún un núcleo que pueda asegurar educación y sustento para los menores.

Los gays se enamoran hoy y se dejan mañana. Lo mismo ocurre con las heterosexuales, pero uno de los dos se hace responsable de los hijos y yo no creo que una pareja de homosexuales pueda asumir la responsabilidad.

¿Imaginas cuántos gays quisieran adoptar, pero cuántos están en esa posibilidad? Sobre todo si observamos que son personas extremadamente "reventadas" e inestable socialmente, porque aún no logran encontrar su espacio en el entorno.

Oh, bueno, esa sólo es mi idea.

Thursday, November 09, 2006

México Asexuado...



México se ha caracterizado por ser un país de "enclosetados", la homosexualidad es un secreto a voces. ¿Cuántos hombres han tenido contacto sexual con otro hombre? ¿Cuántas mujeres han acariciado la piel de su amiga? Seguramente son millones, pero pocos lo aceptan públicamente, por el temor al rechazo, la burla y la marginación.

A finales de la década de los ochenta, cuando el movimiento gay en comenzaba a formarse, existía un lugar llamado "El 9", ahí se iniciaron las reuniones de ese grupo marginal. Pero no sólo los homosexuales acudían a ese lugar, porque los martes, se convertía en un foro de otro grupo segregacional, el de los rockeros en español.

En aquel antiguo "El 9", cuando era un menor de edad, pude ver a grupos como Insólitas imágenes de Aurora, Alicia ya no vive aquí y otras bandas que se quedaron en el camino.

Desde aquellos tiempos, supe lo que era vivir como una sociedad aparte. Mis compañeros de la primaria me veían como algo extraño, porque escuchaba "rock en español" (aún antes del famoso "Rock en tu idioma") y no oía a Rod Stewart (recuerdan que vino todo viejo y olvidado en su país para resurgir y todos fueron a Querétaro a escucharlo?).

Poco a poco, vi que los rockeros en español éramos mejor aceptados (hasta nuestra música se toca actualmente en bodas, XV años, bautizos, divorcios, etcétera), hasta se hizo una moda con ese género. Pero no todos los que acudíamos a "El 9", lograron integrarse a la sociedad y ser mejor vistos.

La comunidad gay sigue padeciendo los estragos de esa marginación, lo lamentable es que ellos mismos buscaron su auto-marginación, buscaron su inserción en la sociedad pero crearon un submundo, un país alterno. No quisieron ser parte de los mexicanos. Es más, hasta los indígenas se rebelaron antes que ellos.

La marcha del orgullo gay (que se realiza cada año desde hace más de no sé cuantos), no es un signo de evolución ni de aceptación, porque sólo sirve para que diviertan a los transeuntes. Cumplen con el cometido que les impuso la sociedad heterosexual (si eres gay, o tienes una estética o eres travesti).

Mientras los homosexuales continúen aceptando las imposiciones heterosexuales, nada cambiará. Primero, deben aceptar que no son "manas", sino hombres que gustan de hombres. Aunque se hagan la "jarocha" no dejarán de ser del sexo masculino. No son femeninas, tampoco esa mamada de "soy una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre". No la chinguen, entonces los acusaré de secuestro, por tener a otra persona retenida.

Son simples fetiches. A los travestis, les gusta la ropa que la sociedad diseñó para mujeres. Eso es todo. Porque no existe ninguna regla que diga que las faldas son para mujeres y los bluyins para hombres.

Para concluir, sólo quiero decir que estoy con los homosexuales que se abrazan y besan (sin llegar a la cojedera pública) en cualuqier restaurant, antro, cine, calle, coche, como lo hace cualquier otro ser humano (porque no son otra cosa que humanoo).

Me sumo a la aprobación de las sociedades de convivencia, porque no son matrimonios para gays. Es un acuerdo que hacen dos personas y punto. Así, sin importar nada. El cual les permite compartir, heredar y contraer obligaciones y derechos.

De respetarse la Constitución, no sería necesario una ley indígena, ni homosexual, ni lésbica, ni para ancianos. Todos somos mexicanos, así, sin adjetivos ni sexo.