El fallo que falló...

Ese fallo, sí falló.

El pueblo mexicano no alcanzará la paz. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación equivocó su decisión. Será el culpable directo de un posible levantamiento armado.

No es que se proponga la violencia como única forma de solución. No. Nadie desea sangre en las calles. Todos anhelamos que los soldados continúen mirando cuadros de Dalí.

De nueva cuenta, le dieron margaritas a los cerdos.

Es innegable la intransigencia con que se ha dirigido Andrés Manuel López Obrador, pero tampoco puede designarse a un Presidente sin el reconocimiento de la mayoría. La democracia es inexistente en México, porque la minoría gobernará sobre la mayoría.

La ciudad utópica de Tomás Moro, volvió a ser utópica.

Andrés Manuel debe levantar ya su plantón de Reforma. Concentrarse en el Zócalo capitalino y buscar el apoyo ciudadano, que sabe perfectamente como ganárselo.

Señor Vicente Fox, debe estar tranquilo por haber consumado el gran fraude.

Los ciudadanos, le recordaremos a su madre recién muerta, que no soportó ver la maldad con que terminará su gobierno.